8 abril, 2021 – 2022
Sala Philip West. Primera planta
“Este gran artista, sabiendo que tenía solo unos días de vida los dedicó a ordenar la repartición de sus pertenencias. Gracias a su esplendidez Philip West decidió donarme para mi fundación en Santiago de Compostela, gran parte de su obra pictórica y su considerable biblioteca. Nunca podré llegar a agradecerle tan amistosa generosidad.”
Eugenio Granell
“…ambos son el mismo universo y que por expreso deseo suyo legó toda esta obra a la Fundación Granell que desde ahora la custodia y difundirá. “La obra de Philip West ha sido dividida en dos; por un lado las obras que “representa animales de un sorprendente naturalismo”. Y por el otro la creada tras un verdadero sentimiento surrrealista”.
Antonio Garrido, sobre la cesión de la obra de Philip a la Granell y sobre su obra
En 1996 Philp West sabía que sus días se estaban terminando. Estaba enamorado y sabía que dejaba atrás un futuro prometedor. Era un hombre joven. Ese año pintó un óleo simbólico e importante, Vecinos. A la izquierda del lienzo hay una M pintada en marrón sobre un fondo naranja. La M está cubierta de casitas y edificios. La W en verde, está delineada con color naranja y el fondo, en tonos verdes y negros, está cubierto de cruces. La M es Marián y la W West. Obra creada sinceramente representando la tragedia que se acercaba. Nuestra exposición se inicia con este óleo. Philip, muriéndose de cáncer, se lo dedica a su compañera Marián Torrens de Zaragoza.
La exposición está dedicada a la mujer y más explícitamente a la mujer amada. Las obras son una manifestación importante del concepto del automatismo en el arte surrealista. Los óleos se convierten en paisajes oníricos, de sueño, “donde fragmentos de figuras antropomorfas se fusionan de manera incoherente situándose en limitadas llanuras….”(Antonio Garrido)
No hacía mucho, Marián y West, habían hecho un viaje a la India así que he escogido una obra que me recuerda el arte de ese país. A la derecha, sobre un fondo rojo y azul cubierto de letras musicales, libremente flota una pareja. La imagen a la izquierda, es de gran interés para mí por el sol rojo de pasión que sobresale así como el triángulo negro creado por aves en vuelo y que se amontonan en el rincón superior izquierdo de manera que no pueden escapar. El óleo también fue pintado en 1996.
Las obras de Philip West repiten temas. Uno de ellos, el de la pareja puede verse en esta exposición; parejas bailando con cierta alegría como en las Sin título y Ritos de paso. La tercera obra en la que la pareja ya no está en el centro pero que baila quizás cansada, parece hacerlo sin ganas. Actitud reflejada al pintar la cabeza de la mujer inclinada sobre el hombro del hombre.
El cuerpo desnudo de la mujer, eterno tema en el arte, como en Mujer forzuda, también de 1996 en la que el artista se adelanta a nuestra preocupación actual sobre la importancia de la mujer.
El óleo Sin título de 1986 ofrece una mujer desnuda y sugerente dentro de una forma masculina sin cara.
Las otras obras en la exposición pueden apreciarse por la presencia de lo femenino como los zapatos rojos de tacón en Ascending/Descending que el artista contrapone al hombre líquido a la izquierda, un río en forma humana por la que el agua fluye hacia la cabeza. En A quemarropa, la misma figura azul está presionada por una pistola en la parte superior del óleo que se metamorfosea en un zapato negro femenino con un gran tacón. Philip nos dice que en sus obras “Hay metamorfosis y, como surrealista, no soy el mismo que hace diez años. Para mí, ahora, el surrealismo es vivir la vida como si fuera un poema. Como no se dónde voy, trato de disfrutar del viaje”. Esto lo escribió (también era buen escritor) en 1996 en Heraldo de Aragón, el 17 de enero de 1996.
Les animo a que miren estas obras como poemas pintados ya que, como decía Granell, un poema es una obra escrita y una pintura son palabras pintadas.
Natalia Fernández Segarra
Comisaria y Directora Fundación Eugenio Granell