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AGORA ÁGORA. DENÍS ESTÉVEZ

Agora Ágora Nin caricia, nin mimo para a emoción orixinal DENÍS ESTËVEZ “Artista en Residencia” III Edición 4 octubre, 18 / 20 enero, 19 Salas 4 y 5. Primera planta

“Agora Ágora”

Ni caricia, ni mimo para la emoción original.

Agora Ágora es compartir. A medida que el proceso fue evolucionando en un espacio concreto, la implicación de la idea original fue mudando hacia una individualidad dura y explícita que demarca el territorio del conjunto. Sin huída, los diferentes obstáculos son analizados en el momento de ser abordados. Durante las sesiones brotaron dudas, cada vez más acuciantes a medida que pasaban los meses, que consiguieron colapsar casi todas las ideas preliminares.

A.Á. quiso ser de todos pero la conclusión final es “el espacio en sí, que existe dentro de la caja”. Casi al borde de lo esquizoide, las imágenes se componen instintivamente, causan negación y pelea, y crean una torsión interior inseparable de nuestro ser en el momento del análisis íntimo.

El tratamiento técnico de la imagen resultó ser nada ortodoxo; intuitivo y abusivo en gran parte del proceso. Lo comparamos al maltrato psicológico que a veces nos infligimos. Las herramientas que capacitan el moldeado de la materia se convierten en soga y pañuelo alrededor del cuello, un ahogamiento que no llega a matar y que no deja estigmas en la piel. De ahí el ruido, el contraste y el desenfoque. La luz dura en contrapunto a la profunda sombra, enfrentadas, segmentan el campo que las separa.

A.A. como un diario de rostros ausentes, de posturas anti estéticas y de criterio alterado pertenece a una sola persona, a ninguna más. Representa a aquellas mujeres y hombres urbanos solitarios en sociedad, desdibujados por un anonimato impuesto. No simboliza al grupo, cada uno debe asumirlo, debe ser interiorizada individualmente, si se quiere dar ese paso voluntario.

La provocación es sencilla: el hecho de no explotar cada día es lo difícil. Lo imposible se esconde en la mirada limpia de nuestro pasado, en la opinión desinteresada, en la ausencia de toda duda ante lo desconocido.

La maravilla fotográfica se ve alterada por la pérdida de respeto al hecho de lo fotografiado y la observación. En todo momento tenemos en nuestras manos una máquina a la que sacarle partido “mirando”, en detrimento del “ver”, una de las libertades verdaderas; lo infinito, en la lectura a través del ojo. La hoja que danza sabe que mañana, caída, será pisoteada. La gota que cae en picado, ve extasiada el río que le hizo perder la forma tantas veces.

“Camiñando polas silvas”

-¡Buraco, agochaches outra vez!

¡Es un trampón, foxo para almas!.. víronte no medio do camiño.

-¿Que máis queres, se non me viches a primeira vez?

-Cando te tapei, descansei tranquilo, pero me segue doendo a perna.

Denís E.F.
Compostela, Setembro de 2018

Cuando conocí a Denís, en 1993, él era un niño. Y yo, una desconocedora de su país, de su cultura. Aún lo soy.

Ya en aquel año Denís manifestaba una sensibilidad especial que atrajo a mi padre, Eugenio Granell, quien percibió en él una única capacidad creativa; siempre lo animó a seguir sus sueños.

Igualmente seguí con interés sus diferentes pasos en el arte (el óleo, el dibujo, la fotografía, la poesía). Lo admirable es que no renunciaba a ninguno y se movía imparable hacia otra búsqueda y experiencia. Así que lo natural era invitarlo a formar parte de nuestra nueva iniciativa: Artista En Residencia.

Leer su texto ha sido un placer. Me lo envió en español. (Aunque estoy segura de que lo escribió en gallego). En él hace un juego interesante con las palabras Agora = ahora y Ágora = un espacio público. Esta interesante diversión en la que Denís une el gallego, el español y el griego, hubiera gustado a Granell para quien el verbo era un tema de maravilla.

Denís igualmente hace referencia a los verbos, ver y mirar. Hoy, aunque no son intercambiables, la mayoría no distingue el uno del otro. Esa pérdida del conocimiento de la lengua española, horrorizaba a Granell. Denís, como buen fotógrafo y observador, sí reconoce las diferencias entre estos verbos relacionados con la vista.

Granell creía en las coincidencias, en el azar. Ágora es el título de una película de Amenábar sobre Hipatia, matemática y filósofa. Granell, gran admirador de muchas mujeres valiosas, le dedicó un cuadro a esta mujer: Lapidación de Hypatia, filósofa. Sin duda Hipatia fue castigada en el ágora de Alejandría. Aquí, sin duda alguna, existe algo fortuito. Creo, pero no lo se, que la musa de esta exposición es una mujer.

El progreso, el desarrollo y el resultado final del proyecto inicial de este joven artista, según nos lo explica en su texto, son muestras obvias de una mente creativa en constante movimiento hacia adelante.

Natalia Fernández Segarra
Directora, Fundación Eugenio Granell
Amiga
Septiembre 2018

Agora Ágora Nin caricia, nin mimo para a emoción orixinal DENÍS ESTËVEZ “Artista en Residencia” III Edición 4 octubre, 18 / 20 enero, 19 Salas 4 y 5. Primera planta