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LA OBRA INACABADA. EUGENIO GRANELL

Salas 1,2,3. Segunda Planta JUEGOS DE EQUILIBRIO. AMPARO SEGARRA
Sala Amparo. Segunda Planta

La exposición “La Obra Inacabada. Eugenio Granell” está comisariada por Natalia Fernández Segarra, directora del Museo Fundación Eugenio Granell y Lorena Rodríguez, responsable de las colecciones del Museo Granell.
El artista gallego nos dejó diversas obras sin terminar, en diferentes soportes y técnicas, por motivos que desconocemos, se trata de proyectos que no se concluyeron y el hecho de que el autor no se deshiciese de ellos continúa siendo una incógnita. Estas obras inacabadas suponen una importante fuente de información, para conocer el proceso creativo del artista, especialmente en el terreno formal.
Eugenio Granell conservó estas piezas, aunque quizás en estos trabajos no encontró la fluidez que deseaba, teniendo en cuenta que la interpretación de una obra de arte es algo muy personal y que Granell nunca explicaba sus obras, lo importante es que estos bocetos suponen un reto que nos hace especular sobre su propósito.
Entre las piezas expuestas destacamos el óleo El príncipe constante dedicado a su hermano Mario. Se trata de un cuadro de grandes dimensiones que llama la atención tanto por su sencillez como por su condición de inacabado. Además de dieciocho hojas de papel al agua que se encontraron en un cajón de su residencia en Madrid, o las obras Elefantitos de 1991, Picapedreros del monte Pedroso de 1978-79 y el Epistolario de Genoveva de Brabante de entre 1991 y 1994.

La exposición “Juegos de equilibrio. Amparo Segarra” comisariada por Eduardo Valiña, está compuesta por una cuidada selección de collages que la artista fue haciendo a lo largo de su vida.
Amparo empieza a trabajar con collage en los años 50 para una exposición de modas en Puerto Rico, colaborando con Eugenio Granell cuando éste impartía clases en la Universidad de Río Piedras. Imaginaba lugares efímeros dotados de una fantasía arrolladora e interesante, combinando cosas que aparentemente no podían ir juntas. En sus creaciones descubrimos una gran variedad de formas y colores llenos de vida, visiones de cuerpos hechos fragmentos e historias donde se unen mundos contradictorios. Amparo no pinta ni dibuja sobre estos collages. Su obra es el resultado de cortar y pegar con un gran sentido del equilibrio, un fiel reflejo del mundo cambiante que le tocó vivir a una mujer de fuerte talante y personalidad.
En los distintos collages podemos encontrar recortes de revistas norteamericanas, en las que aparecen palabras en inglés que reflejan una etapa de su vida. Cosas tan increíbles como soldados medievales que se entremezclan con figuras egipcias o las piernas de una mujer a las que le añade el cuerpo y la cara de un hombre. Todo ello va acompañado de una gran dosis de sentido del humor y del orden.